¿Alguna vez te has sentido tenso sin saber por qué? ¿O has anotado un nudo en el estómago antes de una decisión importante? Nuestro cuerpo es un mapa emocional, ya menudo expresa lo que nuestras palabras no logran comunicar. El mindfulness emocional nos invita a explorar esa conexión profunda entre nuestras emociones y las sensaciones físicas, ayudándonos a entendernos mejor y a vivir con más equilibrio.

¿Qué es el mindfulness emocional?

El mindfulness emocional va más allá de la simple observación de pensamientos. Se centra en reconocer, aceptar y experimentar nuestras emociones tal como son, sin juzgarlas ni intentar cambiarlas. La clave está en llevar la atención al cuerpo, ya que muchas emociones se manifiestan primero como sensaciones físicas: la presión en el pecho de la tristeza, el calor del enfado o la ligereza de la alegría.

¿Por qué es importante conectar emociones y cuerpo?

Nuestra sociedad tiende a desconectarnos del cuerpo: pasamos horas sentados, distraídos por pantallas, ignorando las señales físicas hasta que se convierten en un problema evidente. Sin embargo, las emociones y el cuerpo están intrínsecamente ligados. Ignorar esta conexión puede llevarnos a:

  • Reacciones impulsivas.

  • Acumulación de estrés no gestionado.

  • Dificultades para entender cómo nos sentimos realmente.

Cuando integramos mindfulness emocional, podemos identificar lo que ocurre dentro de nosotros y elegir respuestas más conscientes.

Ejercicios prácticos de mindfulness emocional

1-Escaneo corporal con emociones

  • Busca un lugar tranquilo y siéntate cómodamente.

  • Cierra los ojos y lleva la atención a tu respiración.

  • Haz un escaneo corporal: empieza por los pies y sube lentamente hasta la cabeza. Pregunta: ¿Qué sensaciones siento en cada parte?

  • Identifica si alguna emoción está presente y cómo se manifiesta en el cuerpo.

Este ejercicio te ayuda a identificar patrones, como tensiones recurrentes en ciertas partes del cuerpo que pueden estar relacionadas con emociones específicas.

2-El diario de las sensaciones

Cada noche, dedica 5 minutos a escribir:

  • ¿Qué emociones sientes hoy?

  • ¿Cómo se manifestaron esencialmente?

  • ¿Qué hiciste para gestionarlas?

Este ejercicio fomenta la autoexploración y el reconocimiento de cómo tus emociones influyen en tu bienestar físico y mental.

3-La pausa de un minuto

  • Cuando te sientas abrumado, busca momentos de distensión para relajarte y recargar energías.

  • Cierra los ojos y respira profundamente.

  • Nota qué está ocurriendo en tu cuerpo. Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo ahora? ¿Dónde lo siento?

  • Solo observa, sin intentar cambiarlo.

Esta práctica te permite reconectar con el presente y disminuir la intensidad emocional.

Beneficios del mindfulness emocional

Al integrar esta práctica en tu día a día, puedes:

  • Reducir el estrés al reconocerlo en sus etapas iniciales.

  • Mejorar tus relaciones al responder con empatía  y no desde la reactividad.

  • Desarrollar una mayor conexión contigo mismo, comprendiendo tus necesidades y límites.

Cierra el ciclo: Dale espacio a tus emociones

El mindfulness emocional no busca que ignores tus sentimientos ni que los cambies. Más bien, te invita a vivirlos plenamente, aceptando que son parte de tu experiencia humana. Al conectar tus emociones con tu cuerpo, empiezas a escuchar lo que realmente necesitas.

Nuestro cuerpo y nuestras emociones están en constante diálogo, incluso cuando no somos conscientes de ello. Al practicar mindfulness emocional, abrimos la puerta a una mayor autocomprensión y bienestar.

La próxima vez que sientas una emoción intensa, haz una pausa, escucha a tu cuerpo y permítete experimentar la emoción sin resistencias. En esa conexión, encontrarás el equilibrio que buscas. Si quieres saber más, contáctanos.

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Consultora de RRHH y formadora. Experta en Bienestar corporativo y desarrollo del Liderazgo consciente. Economista, Coach, PNL, instructora de Mindfulness y meditación

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