Seguro que te ha pasado: duermes bien, pero al final del día estás agotado, sin foco, reaccionando más que actuando… y piensas, ¿por qué me siento así?
Y muchas veces no es solo estrés. A veces es que estamos dando demasiado donde no hay equilibrio.
Hoy quiero compartir contigo cómo cuidar tu energía, priorizar lo que de verdad importa y liderar tu día con claridad, sin agotarte en el proceso.
Reconocer los “ladrones de energía”
Lo primero es identificar lo que drena nuestra energía sin que lo notemos.
Pueden ser hábitos, relaciones o rutinas que, aunque parezcan normales, nos dejan vacíos al final del día.
Te invito a cerrar los ojos un momento y pensar en la última semana… ¿qué momentos te dejaron con sensación de cansancio, sin energía?
Detectarlos es el primer paso para poder gestionarlos.
Estrategias prácticas para proteger la energía
Ahora vamos a ver cómo podemos proteger nuestra energía en el día a día.
Pequeñas pausas conscientes de un minuto, aunque sea entre reuniones o tareas, pueden marcar la diferencia.
Intenta priorizar las tareas que realmente aportan valor y aprende a decir ‘no’ a lo que solo consume tu tiempo y energía.
También es clave gestionar interrupciones y establecer límites saludables: no se trata de ser rígidos, sino de cuidarnos para poder rendir mejor.
Ritual diario de recarga
Quiero proponerte un pequeño ritual de recarga que puedes hacer cada día.
Cierra los ojos, inhala contando 1, 2, 3… exhala contando 1, 2, 3, 4… imagina que con cada respiración recargas tu energía, como si llenaras una batería interna.
Proteger nuestra energía no es egoísmo: es liderazgo personal. Es lo que nos permite estar presentes y tomar decisiones con claridad.
Hoy te propongo un reto: identifica un momento en tu día para proteger tu energía, aunque sean solo cinco minutos.
Hoy te propongo un reto: identifica un momento en tu día para proteger tu energía, aunque sean solo cinco minutos.
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Gracias por acompañarme hoy en Caminos de Bienestar. Nos escuchamos en el próximo episodio.
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