Hola, soy Mònica Moles, y te doy la bienvenida a un nuevo episodio de Caminos de Bienestar, un espacio donde hablamos de equilibrio, conciencia y pequeñas prácticas que pueden transformar tu día a día.
Este podcast nació con una intención muy clara: acercar el bienestar a la vida real, a nuestro ritmo, a nuestras rutinas, a ese punto en el que a veces sentimos que no llegamos a todo, pero seguimos intentando hacerlo lo mejor posible.
Aquí no hablamos de teorías perfectas ni de fórmulas mágicas.
Hablamos de experiencias, de momentos, de aprendizajes que todos vivimos.
Porque el bienestar no es un destino, es una forma de caminar.
Y cada episodio busca eso: ofrecerte un respiro, una mirada distinta o una idea que te ayude a reconectar contigo.
Hoy quiero hablarte de algo que nos pasa a todos, pero pocas veces hacemos de forma consciente: cerrar etapas.
Puede ser el final de un mes, de un proyecto, de una relación, o incluso de una manera de estar en el mundo.
Y aunque solemos poner mucha energía en los comienzos, pocas veces prestamos atención a los cierres.
Y sin embargo, cerrar bien es lo que nos permite empezar de verdad lo siguiente.
A veces llegamos al final de una etapa con prisa.
Solo queremos “pasar página” y mirar hacia adelante.
Pero si no nos detenemos un momento, si no integramos lo que vivimos, algo se queda abierto.
Y ese “algo” (una emoción, una decepción, una expectativa no cumplida) sigue acompañándonos, aunque no nos demos cuenta.
Cerrar con gratitud no significa decir que todo estuvo bien.
No es negar el dolor ni ponerle un filtro positivo a lo que fue difícil.
Es mirarlo con otra luz.
Reconocer lo que te enseñó.
Y permitirte soltar aquello que ya no necesitas seguir arrastrando.
Piensa por un momento en los últimos 30 días.
Seguro que hubo cosas buenas y otras no tanto.
Tal vez conseguiste algo que te propusiste, o quizás hubo algo que no salió como esperabas.
Tal vez hubo días de energía, y otros en los que todo te pesaba.
Eso es la vida.
Pero si no paras un momento para mirar con gratitud lo vivido, es como si cerraras un libro sin leer su última página.
La gratitud es una forma de cerrar con sentido.
Nos ayuda a ver la totalidad, no solo lo que faltó o lo que dolió.
Nos recuerda que, incluso en lo imperfecto, hubo algo valioso: una lección, una persona, una oportunidad, una fuerza que no sabías que tenías.
Te propongo algo muy sencillo que puedes hacer al final de cada mes:
✨ El ritual de cierre consciente.
Busca un momento tranquilo, tal vez con una taza de té o una música suave.
Toma una hoja o tu cuaderno y escribe tres cosas:
1️⃣ Qué agradeces del mes que termina.
No busques grandes logros. Puede ser algo tan pequeño como haber descansado mejor, haber tenido una buena conversación, o haber tenido el valor de decir “no” cuando lo necesitabas.
2️⃣ Qué eliges soltar.
Aquí puedes incluir aquello que te pesó: una preocupación que ya no puedes controlar, una autoexigencia, una comparación, una emoción que quieres liberar.
Soltar no es olvidar. Soltar es reconocer que ya no necesitas seguir sosteniendo eso.
3️⃣ Qué intención quieres sembrar para el nuevo mes.
No hablo de objetivos concretos ni de metas exigentes, sino de una actitud: más calma, más disfrute, más claridad, más conexión.
Cuando escribes una intención, es como si colocaras una brújula interna. No te dice exactamente el camino, pero te orienta hacia lo que realmente importa.
Este pequeño ejercicio tiene un poder enorme.
Nos saca del piloto automático.
Nos recuerda que cerrar no es perder, sino darle un cierre consciente a lo que fue, para que pueda transformarse en aprendizaje.
A veces no cerramos etapas porque tenemos miedo.
Miedo a perder lo que fue bonito.
Miedo a no encontrar algo igual.
O simplemente miedo a mirar atrás y ver que las cosas no salieron como imaginábamos.
Pero cuando no cerramos, nos quedamos enganchados en el pasado.
Y desde ahí es difícil avanzar con ligereza.
Recuerdo una vez, en una sesión de coaching, una persona me dijo:
“Sé que ya pasaron meses, pero sigo dándole vueltas a lo que podría haber hecho distinto”.
Y lo curioso es que no era tanto la situación en sí, sino el no haberse permitido cerrar.
Cuando finalmente hizo un pequeño ritual —escribió una carta de despedida a esa etapa y la guardó en su diario—, algo cambió.
Pudo soltar, y con eso, abrir espacio para algo nuevo.
Cerrar etapas también es un acto de amor propio.
Porque implica reconocer lo que diste, lo que aprendiste, y agradecerte por haber estado ahí, haciendo lo mejor que podías con lo que tenías en ese momento.
La gratitud tiene esa magia: transforma lo vivido en sabiduría.
Y desde esa mirada, incluso los momentos difíciles dejan de ser un peso y se convierten en parte de tu crecimiento.
Quiero dejarte también una reflexión sobre la diferencia entre cerrar y cortar.
Cortar es huir: “ya está, no quiero saber nada más”.
Cerrar, en cambio, es mirar, comprender y dejar ir.
Y ese proceso requiere un poco de presencia y de amabilidad contigo.
Cierra con gratitud, no con prisa.
Cierra con conciencia, no con culpa.
Y verás cómo el siguiente paso se vuelve más ligero, más natural.
Hay algo profundamente liberador en mirar atrás y poder decir:
“Gracias por lo que fue, aunque no haya sido perfecto.
Gracias por lo que aprendí.
Y gracias porque ahora estoy lista, o listo, para lo que viene.”
Esa frase, dicha desde el corazón, abre puertas invisibles.
Así que te invito a hacer ese pequeño gesto esta semana: despedir el mes con gratitud.
Tal vez el mes fue intenso, o lleno de desafíos.
O tal vez fue tranquilo, pero pasó tan rápido que ni lo notaste.
Sea como sea, mereces ese momento de cierre.
Hazlo tuyo.
Puede ser escribir, caminar mientras piensas en lo vivido, o simplemente respirar profundamente y decir en silencio “gracias”.
No por todo lo que pasó, sino por todo lo que te ayudó a crecer.
Porque cerrar bien no es terminar algo: es darle un sentido.
Y desde ahí, vivir con más ligereza, más calma, más confianza.
En Zentrum Coaching acompaño a personas y equipos a encontrar este equilibrio entre acción y bienestar, entre avanzar y cuidar de sí mismos.
Porque el bienestar no se trata solo de parar: se trata de aprender a integrar, a soltar con conciencia y a seguir adelante con gratitud.
Gracias por acompañarme un episodio más en Caminos de Bienestar.
Si este tema te resonó, te invito a seguir el podcast y compartirlo con alguien que también necesite cerrar su mes desde otro lugar.
Nos escuchamos muy pronto, en el próximo episodio. 🌿
Escucha el episodio completo aquí
