Bienvenida a Caminos de Bienestar. Soy Mònica, y me alegra que estemos juntas un día más.
Hoy quiero hablarte de algo que quizá estés sintiendo justo ahora. Septiembre suele pasar volando, con la sensación de transición, como si todavía estuviéramos medio en vacaciones. Pero octubre es distinto. Octubre ya es rutina de verdad: trabajo, compromisos, horarios… y con ello, a veces aparece la sensación de que todo se nos viene encima.
Por eso en este episodio quiero proponerte un enfoque diferente: que en lugar de “volver al ritmo”, te des la oportunidad de empezar una etapa con intención.
Piensa por un momento en la palabra “volver”. ¿Qué te sugiere? Muchas personas cuando la escuchan piensan en lo repetitivo, lo pesado, lo que ya conocen.
Ahora piensa en “empezar”. Notas que cambia, ¿verdad? Tiene algo de ilusión, de novedad, de oportunidad.
A veces, el simple hecho de cómo nos hablamos cambia nuestra experiencia. No es lo mismo decir: “ya me toca volver a la rutina”, que decir: “voy a empezar una nueva etapa con más claridad”.
👉 Te invito a probarlo: incluso puedes repetirlo ahora en voz baja. Siente cómo cambia tu energía al hacerlo.
Otro punto clave es que solemos querer hacerlo todo de golpe. Recuperar todos los proyectos, todos los compromisos, todas las metas… y claro, lo que ocurre es que nos sobrecargamos.
Te pongo un ejemplo muy gráfico. Imagina un corredor que ha estado descansando varias semanas. ¿Qué pasaría si, de un día para otro, se pone a correr una maratón? Seguramente se lesionaría. Pues lo mismo pasa con nosotras: necesitamos un entrenamiento progresivo para la vuelta a la rutina.
Y aquí hay algo que puede ayudarte mucho: traer contigo lo mejor del verano.
A veces pensamos en septiembre y octubre como una pérdida. Perdemos los días largos, perdemos la calma, perdemos los momentos de ocio. Pero ¿y si cambiamos la pregunta? En lugar de “qué he perdido”, pregúntate: ¿qué quiero llevarme conmigo?
Tal vez sea el hábito de caminar más. O leer antes de dormir. O reír más a menudo. Haz una lista de esas pequeñas cosas que te daban bienestar en verano y elige al menos una para mantener este mes.
Quiero proponerte también una práctica muy sencilla para gestionar tu productividad con más calma.
Cada mañana, en lugar de hacer una lista interminable de tareas, escribe solo tres prioridades. Tres cosas que, si consigues terminar, harán que tu día ya haya valido la pena.
Te aseguro que esta práctica cambia mucho la sensación de agobio. Porque cuando lo reduces a tres, tu mente se enfoca, y además te da satisfacción ir tachando y avanzando.
Reflexión guiada
Te invito ahora a un pequeño ejercicio.
Cierra los ojos si puedes. Imagina que octubre es una página en blanco, completamente limpia. Y en esa página puedes escribir tres palabras que describan cómo quieres vivir este mes.
Quizá sea calma, enfoque, energía… o tal vez gratitud, ligereza, motivación.
Respira profundo y deja que esas palabras se graben en ti.
Recuperar el ritmo no significa empujarte sin parar ni obligarte a rendir como una máquina. Significa darte permiso para empezar con intención, con calma y con claridad.
Te animo a elegir esas tres palabras y a recordarlas cada mañana. Y si lo compartes conmigo en comentarios, me encantará leerte.
Gracias por estar aquí. Y recuerda: en Zentrum Coaching acompaño a personas, despachos y empresas a crear rutinas de bienestar y eficiencia que hacen la diferencia.
Escucha aquí el episodio completo.