En un mundo en constante cambio, que vive demasiado rápido y en el que prima lo instantáneo; caminar despacio, tocar los árboles, las plantas, el agua del río o del lago, se convierte en un momento de pausa, de conexión con la naturaleza y contigo mismo. Son los baños de bosque o Shinrin Yoku.
Escuchar el canto de los pájaros, el ruido de las hoja mecidas por el viento, el sonido de tus pisadas en el sendero, el olor al rocío, a tierra mojada y sentir la amplitud de la naturaleza que te envuelve; te ayuda a conectar con el momento presente, con el aquí y ahora.
Contemplar las distintas tonalidades de verde, observar los rayos de luz entre las ramas, notar las caricias de la brisa en tus mejillas, se transforman en una experiencia de salud y bienestar en plena naturaleza.
Los “baños de bosque” tienen su origen en Japón, como tantas terapias que desarrollan en este país para reducir el estrés y ansiedad de su población, asociados un estilo de trabajo que nunca para.
Transitar por los bosques dejando de lado las prisas beneficia tu salud
Y es que no se trata de “abrazar árboles”, ni de caminar descalzo por los caminos, ni de bailar alrededor de una hoguera. El Shinrin Yoku es sencillamente, transitar por los bosques reduciendo tu ritmo, dejando de lado las prisas. Una actividad sencilla con incontables beneficios para tu salud y bienestar físico, mental y emocional.
El significado literal de Shinrin Yoku es “absorber la atmósfera del bosque”, concepto que surgió en los años ochenta cuando la Agencia Forestal de Japón quiso poner en valor los bosques de su país y los beneficios terapéuticos de los estímulos que despierta el bosque.
Cada vez son más las organizaciones, instituciones y parques naturales de todo el mundo que incluyen en sus agendas los baños curativos del Shinrin Yoku, recorrer un bosque no transitado de forma pausada, poniendo atención a tus cinco sentidos.
Un paseo inmersivo para dejar de lado la rutina y los hábitos poco saludables de la vida sedentaria de las grandes ciudades.
Y es que en realidad, no es necesario que recorras una distancia determinada ni que realices ningún tipo de esfuerzo físico, puedes incluso practicarlo en un parque urbano cerca de donde vives o en una zona verde con la que conectes de algún modo.
Reducir el ritmo con los “baños de bosque” para hacerte consciente
El Shinrin Yoku se practica en silencio, para dejarte llevar por la experiencia de ir despacio, de reducir el ritmo y darte cuenta de lo que sucede a cada paso.
En palabras de Alex Gesse, máxima autoridad mundial en medicina forestal y padre del movimiento Shinrin-yoku, perderse en la naturaleza refuerza el sistema inmunitario, reduce el estrés y rebaja la tensión arterial y el ritmo cardiaco, entre otros beneficios inmediatos.
Sin embargo, este fundador del Forest Therapy Hub recomienda que la primera vez se haga acompañado de un profesional cualificado. La tarea de estos monitores es, sobre todo, “crear un entorno favorable en el que los participantes se sientan seguros y cómodos, tanto física como psicológicamente”.
¿Cómo se practican los “baños de bosque” o Shinrin Yoku?
Los baños de bosque suelen tener una duración inferior a dos horas, se desarrollan en rutas poco transitadas y no suponen recorrer más de dos kilómetros de distancia.
Según el profesor e inmunólogo Qing Li, reconocido experto en Medicina del Bosque, ofrece una serie de pautas para aprovechar los beneficios del Shinrin Yoku:
- Dejar el móvil en casa.
- Hacer pausas para evitar la fatiga.
- Combatir la sed con agua o té.
- Mientras descansas, aprovecha para inspirar la una hoja de pino, platanero, ciprés o alguna planta aromática como el tomillo, romero o lavanda.
- Si encuentras un lugar que te llama especialmente la atención o te encuentras muy bien, quédate unos minutos para meditar, leer o simplemente disfrutar del paisaje. También puedes hacer ejercicios de respiración o seguir una visualización guiada.
Un “baño de bosque” consta de tres fases
1.-Despertar los sentidos para armonizarte con los ritmos de la naturaleza
Se trata de fijarte en las sensaciones.
La invitación es caminar lentamente, dejando que la intuición guíe tus pasos. Si te apetece detenerte junto a un árbol, tocar una piedra, acariciar una flor o probar un fruto silvestre, es el momento para ello.
Y en determinados momentos, el guía invita a todos los participantes a reunirse en círculo, y si así lo sienten, cerrar los ojos y seguir propuestas como escuchar determinados sonidos, olfatear, sentir el contacto de tus pies con la tierra, el contacto de tu piel con la ropa que llevas, el peso de tu cuerpo sobre el asiento en el que estás.
2.-Experimentar
Las invitaciones del guía pueden ser muy variadas, como sacudir una emoción negativa, soplar un pensamiento repetitivo, dar las gracias a un árbol, moverse como una ardilla o un conejo, tocar la textura de una flor, escuchar el sonido de la Tierra. Se trata, en pocas palabras, de observar cada detalle.
Son ejercicios que varían según las personas que participan, porque no es lo mismo guiar a un grupo de directivos que buscan reducir el estrés, ganar confianza y autoestima o fortalecer la creatividad y la comunicación; que un grupo de personas mayores de 75 años que quiere relajarse, redescubrirse o experimentar una experiencia sensorial en alejados del ritmo frenético de la ciudad.
3-Compartir con el grupo
Se trata de poner en común cómo ha sido la experiencia para cada uno, si así lo desean; pasándose el turno con una piedra, una ramita o cualquier otro objeto simbólico que prefieran.
Una vez se termina el baño de bosque, el guía prepara una infusión o té con plantas que ha ido encontrado a lo largo del recorrido, para compartir entre todos y cerrar la experiencia.
El objetivo del Shinrin Yoku es, en definitiva, desconectar para conectar contigo de manera distinta antes de regresar al ritmo imparable de la ciudad. El secreto está en que no hay una manera correcta o incorrecta de practicar el Shinrin Yoku, cada uno se comunica con el bosque a su manera. En definitiva, se trata simplemente de dejarte llevar.
Y lo que es más, puedes Incluso cada vez vivir esta experiencia de forma diferente, según el momento en el que te encuentres y lo que lo que estés necesitando.
Como ves, un paseo tranquilo por el bosque es terapéutico. Una forma distinta, relajada y enriquecedora que te ayuda a despertar los sentidos, volverte más calmado, presente y consciente. Una de las mejores formas para aprender a soltar y disfrutar en plenitud de cada instante.
Si quieres aprender más recursos para saber cómo aprender a mantener la calma y gestionar tus emociones, pase lo que pase a tu alrededor; descubrir cómo vivir más presente, consciente y sereno, con ejercicios sencillos que puedas incorporar fácilmente a tu día a día, contáctame.
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