El estrés es adictivo.
Cuanto menos tiempo tienes, parece que te surgen más dificultades y frentes abiertos por resolver. Y si en algún momento no sientes la presión de que no llegas a todo, aparecen en tu mente diversidad de temas pendientes, acumulación de ideas que no dejan espacio al silencio, a la quietud, ni a reducir tu ruido mental.
Lo cierto es que estar más o menos estresado sólo depende de ti.
Y es que delante de una misma situación, puedes elegir tu actitud para encararla.
Recuerda, “El dolor es obligatorio, el sufrimiento es opcional”
Si quieres saber cómo gestionar tu estrés de forma saludable, hoy te traigo 5 consejos básicos:
Conecta con el presente
Lo habitual es que funciones en “piloto automático”, que vivas desconectad@ de ti mismo.
Fíjate, sin darte cuenta pierdes de vista lo más importante: estar en el “aquí y ahora”. Tienes la mente constantemente en pensamientos del pasado o del futuro, y te olvidas por completo de estar aquí, presente, consciente del ahora.
Permítete fluir en cada momento con lo que hay, confía en tus recursos y capacidades, el pasado y el futuro sólo en la justa medida, y de la manera que es útil para ti.
Vive el momento presente. La práctica del mindfulness te ayuda a conseguirlo de forma muy sencilla. Sólo pon atención a tu respiración, deja de lado cualquier pensamiento y cualquier tarea que estés haciendo, por unos pocos minutos, y observa qué cambia.
Descansa
Una mente saludable empieza por un buen estado físico. Cuida tu descanso para empezar el nuevo día con plena energía.
Y como seguramente ya sabes, para que tu descanso sea reparador, empieza preparándote antes de acostarte: evita apagar el ordenador, el móvil y el televisor justo antes de irte a dormir. Respeta tus horarios y rutinas.
Cuida tu cuerpo
La combinación de una dieta sana y equilibrada, junto con la práctica de ejercicio regular, mantienen tu cuerpo y mente en plena forma y con la energía necesaria para afrontar los imprevistos y dificultades que se te presenten a lo largo del día.
Entrena tu mente
¿Te has dado cuenta de dónde enfocas tu atención?
Ante una misma circunstancia siempre puedes elegir dónde poner tu mirada: en las dificultades, los problemas, lo que te falta; o bien en lo que es posible, en las oportunidades y opciones, en lo que has conseguido, en lo que sí te funciona.
Pruébalo, y observa qué cambia.
Siente agradecimiento
Elige un momento del día para hacer una lista de todo aquello por lo que te sientes agradecid@. Y puede ser algo tan básico como que tienes agua corriente, luz, comida, que puedes ver, oír, valerte por ti mismo, que estás aquí, ahora.
Pruébalo y dime, ¿hay algo que tal vez te está impidiendo reducir tu estrés?
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